Salvárcar duele.

LLegué a mi Juárez querido la madrugada del domingo 30 de enero de 2011. De la central en un camión urbano ó «rutera» me dirigí hacia la plaza Juárez donde velaban en ayuno decenas de activistas en memoria de quienes fueron asesinados en Villas de Salvarcar. Las calles lucían vacías. Al llegar observé como lentamente todos salían de las carpas donde se habían resguardado del frío.

Pronto con ayuda de un poco de café se incorporaron a una pequeña explanada. La jornada era en sí un gran logro. Que un grupo de personas durmieran en un parque en una zona prácticamente abandonada por su alto grado de violencia, es algo que no se había visto en Juárez en los últimos años. Más tarde y con el sol de compañero, hubo diferentes actividades; mensajes sobre la situación de los derechos humanos en México, palabras de solidaridad de todo el mundo, performance, música etc. En determinado momento nos enlazamos a través de pequeños cordeles significando que, a pesar de nuestra vulnerabilidad, estaríamos unidas e unidos.

Las Jornadas por la Justicia terminaron a las 12:30 aproximadamente, un grupo nos dirigimos a comer burritos mientras intercambiábamos experiencias e ideas de como actuar de manera más eficaz en tan difícil contexto. Mucho desconcierto. Tuvimos muy presentes los casos de Marisela Escobedo y Susana Chávez. Me dió la sensación, como en otras ocasiones, que cuando las y los activistas nos reunimos deviene en catarsis, una especie de intento inútil de restaurar las heridas.

Más tarde nos enfilamos a Salvarcar, colonia del «infonavit» relativamete nueva que expresó en algún momento la bonanza maquiladora. Ahí ya reunidas más de mil personas para atender un servicio en memoria de sus caídos. Acudí al domicilio de la masacre, cubierto por los recuerdos de jóvenes que perdieron la vida por ser jóvenes, por atreverse a festejar en una ciudad donde esa palabra está prohibida. 5 detenidos por los hechos en espera de su proceso que simplemente han dicho, nos equivocamos, me contaron mientras caminábamos.

Me fuí aquella tarde, si bien apesadumbrado, con algo de esperanza. Hay una comunidad que se muestra dispuesta a no olvidar. Han iniciado una lucha no sólo por los que murieron, sino por los que viven. Se han apropiado de espacios baldíos y casas abandonadas para consruir una biblioteca y una videoteca. Tienen en ciernes un taller de serigrafía. Han exigido de las autoridades que el deportivo que ahí se construye sea de la manera que ellos han decidido y en cuya entrada existe un memorial.

Tras Salvarcar los tres niveles de gobierno implementaron un amplio programa denominado «Todos Somos Juárez». La ciudad en los meses siguientes se sumió en la violencia. En octubre de 2010 otra masacre de jóvenes ocurrió en la misma ciudad. El primer mes de este año se han registrado, tan sólo en Chihuahua, 29 feminicidios lo que representa un aumento de 7.25 por ciento con relación al primer mes del año pasado.

Pensar que hemos visto lo peor es un acto de fé. Quizá la respuesta de un cambio lento pero sólido se encuentre en empoderar a las comunidades como Salvarcar desde lo básico, combate a la impunidad, oportunidades para sus jóvenes, nuevos modelos de desarrollo basados en las personas y reducción de la violencia mediante un control estricto de las armas y de la actuación de los cuerpos de seguridad, en una estrategia que revierta la violencia y no que la genere.

Se oyen voces que dicen «ha llegado el momento de sanar las heridas». Tita Radilla ha contestado «el problema es que para sanar las heridas primero tienen que cerrar». El asesinato de 16 personas, en Villas de Salvarcar Ciudad Juárez el 31 de enero de 2010, es una herida abierta.

Acerca de roblesmaloof

Soy defensor de derechos humanos, entusiasta de los efectos transformadores de las tecnologías de la comunicación. Desde hace años he decidido unir mi voluntad a quienes luchan contra la corrupción, la violencia y la impunidad. Integro desde 2010 los colectivos de activistas digitales Contingente Mx y Enjambre Digital. Colaboro como Senior Lawyer en New Media Advocacy Project. En 2014 fui nombrado junto con otros activistas como "Héroe de los Derechos Humanos y las Comunicaciones" por la organización internacional Access Now. Escribo columnas periodísticas sobre derechos humanos en los portales digitales SinEmbargo Mx y Vice México. Abogado por la Universidad Iberoamericana, Maestro en Humanidades y estudios de Doctorado en Derechos Fundamentales por la Universidad Carlos III de Madrid. En 2008 obtuve la medalla al mérito por la Universidad Autónoma Metropolitana. De forma voluntaria represento y defiendo jurídicamente a periodistas y defensores de derechos humanos amenazados, y dedico tiempo a aportar defensa legal al albergue de migrantes La 72 en Tenosique, Tabasco. Me gusta transportarme en bici, usar la foto y el video para las causas sociales, ir al cine, comer en fondas y nadar en el Mar de Cortés.

9 Respuestas a “Salvárcar duele.

  1. Pingback: Salvarcar duele. (via Roblesmaloof’s Blog) « Jestoryas's Blog

  2. Mariela Alatriste

    No todos nuestros intentos son inútiles.

  3. Pingback: Tweets that mention Salvárcar duele. « Roblesmaloof's Blog -- Topsy.com

  4. roblesmaloof

    A veces un poco de desesperanza es necesaria para seguir. Saludos.

  5. Pingback: El gélido y fétido aliento de la muerte | Pateando Piedras 3.0

  6. Pingback: El gélido y fétido aliento de la muerte « Elizabethpalacios’s Blog

  7. Pingback: Libertad para los indignados de Ciudad Juárez. « Roblesmaloof's Blog

  8. Pingback: Los años de Felipe Calderón « Roblesmaloof's Blog

  9. Pingback: Los años de Felipe Calderón | Revolución Tres Punto Cero

Deja un comentario

Enter your email address to follow this blog and receive notifications of new posts by email.

Únete a otros 5.355 suscriptores